El vermut, esa bebida sofisticada que huele a nostalgia y sabe a tardes interminables, tiene una historia tan rica y compleja como su sabor. Aunque lo asociemos con el aperitivo europeo, su origen se remonta a la antigua Grecia y Roma, cuando los vinos eran infusionados con hierbas para fines medicinales.
Sí, el vermut nació como un remedio, pero se convirtió en un placer.
El nacimiento del nombre: Un guiño alemán
La palabra "vermut" proviene del alemán wermut, que significa ajenjo, uno de los ingredientes originales y clave en la receta. Fue en Turín, Italia, en el siglo XVIII, cuando Antonio Benedetto Carpano perfeccionó lo que hoy conocemos como vermut. Carpano creó una mezcla aromática que combinaba vino con hierbas, especias, y azúcar, y presentó esta bebida como un acompañamiento ideal para abrir el apetito. Pronto, su vermut conquistó a la realeza italiana.
Dulce o seco: ¿A quién le pertenece la corona?
A finales del siglo XIX, Francia introdujo una versión seca del vermut, ideal para cócteles como el Martini o el Manhattan. Mientras Italia lideraba con su versión dulce, Francia apostó por un estilo más sutil y seco. Hoy, ambos tienen su lugar en los corazones (y copas) de los amantes de la mixología.
Datos curiosos para lucirte en tu próxima charla sobre vermut
- Los ingredientes secretos: Cada marca de vermut guarda celosamente su mezcla de hierbas y especias, que puede incluir desde canela y cardamomo hasta cáscara de naranja.
- El rey de los aperitivos: En España, "la hora del vermut" es una tradición venerada, donde este elixir se acompaña de aceitunas y una charla relajada.
- Cultura pop: James Bond pidió un "vodka martini con vermut" en más de una ocasión, aunque no debemos olvidar que el protagonista aquí es el vermut.
La elegancia del vermut Dominical
Hoy en día, el vermut sigue siendo sinónimo de refinamiento, y la marca Dominical encarna a la perfección esa esencia con sus dos variedades excepcionales:
- Vermut Dominical Blanco:
Este vermut destaca por su aroma especiado y a madera, con una base de Godello que brilla en un color amarillo pajizo. En el paladar, se despliega con notas herbáceas, un gusto sabroso y una textura glicérica que lo convierte en una experiencia única. - Vermut Dominical Rojo:
De un profundo color caoba rojizo y con alma de Godello, este vermut respira frutas maduras, ajenjo y vino viejo. En boca, las notas dulces y amargas de las hierbas se equilibran magistralmente con el recuerdo barnizado en Moscatel, creando una sensación inolvidable.
Ambos vermuts invitan a disfrutar de la tradición con un toque moderno, convirtiéndose en una elección ideal para los amantes de los aperitivos que buscan algo realmente especial.
¿Cómo disfrutarlo?
Aunque el vermut puede disfrutarse solo, servido frío y con un toque de piel de naranja, también brilla en cócteles clásicos. Si quieres una experiencia más auténtica, prueba el vermut con un sifón de soda y una rodaja de limón: la combinación perfecta entre frescura y sabor.
El Vermut Dominical Blanco se luce servido frío, con piel de limón y un toque de soda. Por otro lado, el Dominical Rojo despliega toda su complejidad cuando se acompaña de hielo y una rodaja de naranja. Si te sientes creativo, experimenta con cócteles que resalten sus matices únicos.
En resumen, el vermut es mucho más que una bebida; es una experiencia que une historia, botánica y sofisticación en cada sorbo. Así que la próxima vez que te sirvas una copa, recuerda que estás bebiendo siglos de tradición con un toque de modernidad.
Disfruta tu vermut con elegancia y siempre, siempre con buena compañía.
¡Salud! 🍸